Análisis de mercados para la semana del 4 al 10 de Abril
Del Viaje al Centro de la Tierra al Acuerdo de los Titanes
Al cierre del jueves las bolsas europeas y las de EEUU bajaron mostrando la preocupación de los inversores sobre la guerra en Ucrania y la recesión global que ésta y las sanciones aplicadas a Rusia y Bielorusia podrían provocar. Los valores europeos cerraron con pérdidas por debajo del 1,5%, mientras que los de EEUU se hundieron más de un 1.5% excepto el Russell 2000 que se quedó en –0,94%.
Estas caídas suponen la mayor pérdida trimestral para ambos grupos de activos bursátiles desde el comienzo de 2020.
Sumado a la intranquilidad provocada por la guerra y las sanciones, el comportamiento de la renta fija en estos días está señalando el camino de una posible recesión. Parte de la curva de rentabilidad de los bonos del tesoro de EEUU mostraba puntualmente una inversión, en la que la rentabilidad de los bonos de vencimiento más próximo es mayor que la de los de vencimiento a más largo plazo.
Según Nicholas Colas, co-fundador de DataTrek Research, citado por investing.com, “Una curva de rentabilidad invertida de los bonos del tesoro es una señal de que los retornos futuros de los valores de EEUU serán decepcionantes”. “¿Podemos huir de una situación de retornos bajos o negativos en 2022 si las rentabilidades de los bonos del tesoro a 10 años caen por debajo de los de a 2 años? Posiblemente, pero no si los riesgos geopolíticos y sus efectos en los precios del petróleo continúan o aumentan.”
A pesar del rally puntual vivido en la última semana, propiciado por relativamente buenas noticias de progresos en los intentos de acuerdo entre Ucrania y Rusia, el SPX500 aún se encuentra un 5% por debajo del cierre de 2021, su peor comportamiento de los últimos 5 años.
En Europa, los datos de inflación mostraron incrementos fuertes en Francia en marzo y un 7% en Italia, después del 7,3% de Alemania y el 9,8% de España. Aunque los bonos europeos bajaron el jueves, el bono alemán a 10 años tuvo su mayor incremento mensual desde 2009.
En EEUU las nóminas no agrícolas mostraron una reducción del paro al 3,7% desde el 3,8% anterior, confirmando la situación de pleno empleo técnicamente y acompañado por un dato del ISM Manufacturero que mejora en 4 décimas el anterior. Con todo, los vientos de borrasca se ciernen sobre su economía, con un incremento de la inflación del 6,4% anual en febrero ante el aumento de los precios de alimentos y gasolinas. Es la mayor subida desde enero de 1982.
La perspectiva en los mercados de valores parece ser, según varios analistas, de posibles retrocesiones en el futuro próximo a menos que las nubes negras de la guerra de Ucrania y las sanciones aplicadas despejen el cielo de los mercados. No hay que olvidar que el 11 de abril comienza la temporada de publicación de resultados corporativos en EEUU, y muchos expertos pronostican ya una ola de reducción de ingresos en muchas empresas.
El posible freno en el crecimiento económico junto con una inflación desbocada, la interrupción en los suministros de elementos de consumo básicos y la escalada de precios de muchos productos debido a los precios del combustible, está incrementando la inestabilidad social y erosionando el tejido productivo de muchos países.
El reto está puesto en la mesa de los gobernantes de los principales países, EEUU, La Unión Europea, China, Canadá, India, Japón y también Rusia y en los responsables de sus bancos centrales, para armonizar políticas económicas que no entren en conflicto con las monetarias y se agrave el panorama económico. No es sencillo, es una tarea digna de titanes. De momento, parece que están a la altura de la gravedad de la coyuntura y se encuentran trabajando en la línea de actuaciones puntuales para resolver los problemas específicos emergidos recientemente, pero hará falta un modelo global también, al estilo del Plan Marshall de la posguerra del siglo XX.
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